Trotamundos
domingo, junio 29, 2008
El artículo de hoy lo voy a dedicar a todas esas personas anónimas que un día cogen lo necesario y se lanzan a la aventura de viajar para conocer el mundo y sus gentes. También a quienes no tienen más remedio que hacer de turistas forzosos, a esos vagabundos que todos los días tienen que buscar unos cartones para dormir bajo cubierto o en alguna esquina donde con suerte no atrapen una pulmonía.
Desde una posición privilegiada pude observar lo que podría ser una historia que contar. Una chica se dirige desde un lado de las murallas de La Ciudadela a otro lado de la muralla, cruza el césped y desaparece tras el muro. Minutos después, un hombre camina decidido por la hierba, en dirección a la chica, quien le hace una seña. Mochila abultada a la espalda, una especie de pañuelo de San Fermín al cuello, un par de cartones y un carro donde transporta más equipaje, es el único affaire que tiene. La chica le ayuda llevando un par de abrigos. Ambos se dirigen al rincón que ella ha inspeccionado previamente entre las murallas.
Desde una posición privilegiada pude observar lo que podría ser una historia que contar. Una chica se dirige desde un lado de las murallas de La Ciudadela a otro lado de la muralla, cruza el césped y desaparece tras el muro. Minutos después, un hombre camina decidido por la hierba, en dirección a la chica, quien le hace una seña. Mochila abultada a la espalda, una especie de pañuelo de San Fermín al cuello, un par de cartones y un carro donde transporta más equipaje, es el único affaire que tiene. La chica le ayuda llevando un par de abrigos. Ambos se dirigen al rincón que ella ha inspeccionado previamente entre las murallas.
Y te quedas pensando... "Menos mal que hace buen día y no llueve o no hace frío". "Dónde harán sus necesidades, bueno, a estas alturas las harán en algún bar o en algún edificio donde puedan entrar sin alto coste". "¿Y lavarse? ¿En un lavabo? Porque olvídate de la ducha". Podrían ser auténticos vagabundos o una pareja que decide pasar la noche a lo trotamundos bajo las estrellas. Pensar que no tienen un lugar donde dejar sus pertenencias, siempre tienen que cargar con ellas a todas partes. ¿Podrán pagar una consigna en la cercana estación de autobuses?
Hoy día, llegan muchos inmigrantes a estas tierras. Quizá lo sean, lo más seguro. Porque, ¿quién va a viajar de esa manera, a moverse por la ciudad, escudriñando los mejores rincones donde descansar?
Sea como fuere, esta es la foto testigo, una imagen que habla por sí sola, donde en unos segundos tienes toda una historia, en la que te gustaría ser el director y de desconocidos, de la noche a la mañana, cambiarles la vida a mejor, porque das a conocer una historia de una vida que has captado con tu cámara. Mi timidez me impide volver por la tarde a ese lugar y hacerles una entrevista, hablar con ellos con total confianza, a sabiendas de que les debería pagar de algún modo y sin estar seguro de si eso ni esto de ponerles aquí, les hace bien o no. Es por este último motivo, por el que esta imagen la he colocado tras casi dos semanas después de tomarla, porque imagino que con todo lo que ha pasado en esta ciudad, ellos ya no estarán en su rincón preferido de La Ciudadela.
Es muy incierto que se vean algún día por aquí, de ser así me gustaría que me escribieran, que me dieran su parecer, igual es pedir mucho, pero es lo menos -creo-, por dedicarles durante unos días la elaboración de este humano reportaje.
Saludos,
el fotovicioso :)
Hoy día, llegan muchos inmigrantes a estas tierras. Quizá lo sean, lo más seguro. Porque, ¿quién va a viajar de esa manera, a moverse por la ciudad, escudriñando los mejores rincones donde descansar?
Sea como fuere, esta es la foto testigo, una imagen que habla por sí sola, donde en unos segundos tienes toda una historia, en la que te gustaría ser el director y de desconocidos, de la noche a la mañana, cambiarles la vida a mejor, porque das a conocer una historia de una vida que has captado con tu cámara. Mi timidez me impide volver por la tarde a ese lugar y hacerles una entrevista, hablar con ellos con total confianza, a sabiendas de que les debería pagar de algún modo y sin estar seguro de si eso ni esto de ponerles aquí, les hace bien o no. Es por este último motivo, por el que esta imagen la he colocado tras casi dos semanas después de tomarla, porque imagino que con todo lo que ha pasado en esta ciudad, ellos ya no estarán en su rincón preferido de La Ciudadela.
Es muy incierto que se vean algún día por aquí, de ser así me gustaría que me escribieran, que me dieran su parecer, igual es pedir mucho, pero es lo menos -creo-, por dedicarles durante unos días la elaboración de este humano reportaje.
Saludos,
el fotovicioso :)